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Las técnicas y aplicaciones de reconocimiento facial forman, ahora más que nunca, parte de nuestro día a día. Este método para identificar personas supone una revolución completa en nuestras economías y sociedades.
Esta tecnología se está utilizando para casos de uso muy diversos. Si bien podríamos pensar que la biometría facial es usada única y exclusivamente para conceder acceso a los móviles y otros dispositivos informáticos, el reconocimiento facial tiene variedad de aplicaciones.
No todo el mundo sabe realmente qué es y cómo funciona el reconocimiento facial, cómo intervienen los diferentes sistemas que interactúan entre sí para componer un registro completo digitalizado de nuestro rostro y la forma que tienen los proveedores de esta tecnología de almacenar esta información tan sensible.
Aunque no caigamos en ello, los sistemas de reconocimiento facial se encuentran en más lugares de los que pensamos.
Definición base del reconocimiento facial: qué es
El reconocimiento facial, por definición, es la capacidad de entender y recordar un rostro, generalmente humano. La tecnología que hace esto posible son los sistemas de reconocimiento facial, que generalmente utilizan herramientas basadas en inteligencia artificial y algoritmos de aprendizaje automático.
De este modo, podemos decir que a día de hoy entendemos que el reconocimiento facial es la tecnología que más ha crecido en los últimos años y la más utilizada para verificar la identidad de usuarios, clientes o empleados. A través de sistemas de imagen, vídeo y elementos audiovisuales, se captura el rostro de una persona para generar un patrón biométrico único asociado a la identidad legal de una persona.
Dentro de las llamadas técnicas biométricas de verificación de identidad, podremos encontrar al reconocimiento facial, ya que mide a un organismo vivo y lo parametriza para reconocerlo cuando este está presente. En muchas otras ocasiones, podemos situar al reconocimiento facial dentro de la categoría de técnica de seguridad biométrica, perfilándose como la primera de ellas por orden de relevancia.
Aplicaciones prácticas y uso del reconocimiento facial
El reconocimiento facial se utiliza para objetivos distintos. Cada vez más, esta forma de verificar la identidad es la utilizada por muchas empresas e instituciones de cara a procesos tradicionales en multitud de casos de uso.
Esta tecnología se aplica tanto a nuevas y emergentes áreas así como otras ya existentes que se simplifican y agilizan gracias a su integración. De entre todas las aplicaciones posibles para el reconocimiento facial, podemos destacar las siguientes:
- La verificación de identidad para el registro de usuarios (onboarding digital) y nuevos clientes para productos y servicios que requieran de la confirmación de la identidad (operadoras de telefonía, banca, finanzas, seguros…). Aunque puede aplicarse a cualquier sector de actividad con resultados asombrosos, estas áreas la necesitan por lo sensible de las operaciones que deben realizar con respecto a sus usuarios.
- Saber que la persona es quien dice ser es crucial para las relaciones a distancia y el entorno online. Por ello, el reconocimiento facial está siendo utilizado para el acceso a internet, el inicio de sesión en apps o plataformas web, la seguridad en bases de datos, los trámites online con la administración pública, etc.
- Las llaves, pins en teclados físicos y otros sistemas de acceso a instalaciones, recintos, vehículos, oficinas, almacenes, lugares de trabajo, etc, corren el riesgo de perderse o ser robadas. Por ello, la biometría facial está aplicándose para estos casos con la simple instalación de una cámara en la entrada para conceder acceso, incluso con diferentes niveles de permiso, a las personas de la organización o empresa.
- En el sector HORECA y turístico, podemos conceder accesos en el check-in en hoteles, para seguridad aeroportuaria y aplicar el reconocimiento facial en decenas de circunstancias dentro del sector del ocio, la restauración u hostelería.
- En tiendas físicas, por ejemplo, se han implementado sistemas de reconocimiento facial para no tener que pasar por caja. Los clientes visitan la tienda, guardan en su bolsa la compra y pueden marcharse; posteriormente, se carga en su cuenta de cliente el importe de lo comprado.
- En el área de la legalidad y la seguridad, puede utilizarse para buscar personas desaparecidas, reconocer a personas que cometen actos delictivos, labores de vigilancia nocturna o incluso análisis forenses.
El reconocimiento facial destaca por su carácter poco intrusivo y la forma sencilla y barata de implementarlo en cualquier caso de uso. Las posibilidades son ilimitadas y cualquier industria puede sacar partido a esta solución para agilizar procesos, abaratar costes y dar una experiencia fluida y diferencial a sus usuarios.
Impulsando el crecimiento y la expansión
En el caso de la banca, los servicios financieros, el sector asegurador y relacionados, hay incluso normativas legales concretas que regulan el uso del reconocimiento facial para cumplir con las políticas AML a las que están sujetas por su actividad.
Gracias al marco normativo actual y a la correcta implementación de estos sistemas, las compañías de cualquier industria, incluídas las mencionadas, pueden realizar reconocimiento facial online y expandirse a otros mercados para operar en ellos y obtener nuevos clientes de una forma sencilla y sin inversión adicional.
Esta tecnología ha permitido transformar la economía actual y convertir modelos de negocio sostenibles en escalables y altamente productivos tan sólo con pequeñas modificaciones de algunos procesos.
El funcionamiento del reconocimiento facial
Para entender cómo funciona el reconocimiento facial debemos conocer todas las fases que tienen lugar durante el proceso de reconocimiento. Aunque todo el proceso ocurra en milésimas de segundos, hay 10 procedimientos que son llevados a cabo en tiempo récord gracias al avance de la tecnología.
A grandes rasgos, y de una forma simplificada, las fases del proceso de reconocimiento facial discurren, generalmente, de la siguiente forma:
- Persona no identificada: Una persona no identificada por un sistema de reconocimiento facial se dispone a ser identificada.
- Inicio de los sistemas de captura audiovisual: La cámara, los sensores infrarrojos y cualquier dispositivo hardware involucrado en la extracción de datos se inicia y prepara para recoger y medir información.
- Adquisición de imágenes, vídeos, datos de profundidad, infrarrojos, otras medidas y/o sonido: El software comienza a recibir información de todas las fuentes disponibles.
- Localización de la cara: El sujeto debe encajar su rostro en el encuadre visible por la cámara.
- Detección del rostro: El software trabaja para detectar el rostro, su profundidad, y diferenciarlo del fondo y el resto de elementos de la escena.
- Acondicionamiento y normalización: Se define el área a registrar y se parametrizan los rasgos faciales que compondrán el patrón biométrico a generar.
- Extracción de características: Una vez acopladas las transformaciones geométricas y establecidas las reglas, se extraen el molde concreto de la persona que está siendo identificada.
- Algoritmo de reconocimiento y comparación en BBDD: Los vectores extraídos se comparan con las bases de datos existentes. De no existir un patrón con un porcentaje de similitud por encima del marco de referencia, la persona no está previamente registrada en el sistema.
- Almacenamiento de información: Se almacena en la base de datos el vector creado.
- Persona Identificada: El vector almacenado se vincula a los datos de identidad de una persona física.
- Autenticación de la persona identificada: Aquí, el reconocimiento facial ya habría terminado. Tras ello, el sistema puede ahora reconocer y autenticar al usuario en el paso 8 para concederle acceso a productos, servicios o instalaciones.
La efectividad del reconocimiento facial está, en la mayoría de sistemas potentes, probada y certificada. Como todo avance en la ciencia e ingeniería, responde ante tasas de éxito y error y, afortunadamente, hay soluciones de reconocimiento facial sólidas y contrastadas.
Hay que destacar que, de entre todos los métodos de identificación biométrica (huella dactilar, reconocimiento de voz, de iris…) la biometría facial se perfila como el sistema más robusto y, por consiguiente, más extendido en la actualidad.
La seguridad de los sistemas de reconocimiento facial
En la actualidad, podemos afirmar sin lugar a dudas que el reconocimiento facial es una tecnología madura, avanzada y a prueba de errores. Y es que, ya en 2006, en el Face Recognition Grand Challenge (FRGC), la evaluación de los últimos algoritmos de reconocimiento facial tenían 10 veces más robustez y precisión que los usados en 2002 y 100 veces los del año 95.
Recientemente, se ha hablado sobre las complicaciones que pueden surgir para los sistemas de reconocimiento facial tras el surgimiento de los deepfakes. Hoy en día, el reconocimiento facial basado en IA y machine learning es capaz de superar la capacidad de los seres humanos, teniendo en cuenta aspectos que pasan desapercibidos para nuestros ojos.
Autenticación biométrica facial
Como hemos visto, el reconocimiento facial tiene como principal objetivo corroborar la identidad de una persona que se dispone a realizar una acción. Primeramente, si la persona no estaba registrada en el sistema, se realizaba un primer reconocimiento facial para registrar y almacenar sus datos biométricos faciales.
Tras la verificación y la creación de una cuenta y credenciales, podemos asegurar que el usuario que se registró como cliente y contrató un producto o servicio es quien decía ser.
Esto, que cada vez más se está implementando en todas las industrias, aunque con especial atención en aquellas con alto nivel de riesgo como la banca, los seguros, las inversiones y similares, es necesario para cumplir con los requerimientos técnicos y normativos establecidos.
Según varios estudios, ya en 2016 y sólo en Estados Unidos, los robos asociados a fraudes de identidad superaron un valor de 16 billones de dólares y afectaron a más de 15 millones de usuarios. Al otro lado del charco, poniendo como ejemplo al Reino Unido, su organización de prevención del fraude cifró en más de 170.00 el número de casos de suplantación de identidad.
Su papel en el customer journey
En este sentido, y dada la situación actual, el fraude de identidad representa uno de los riesgos más importantes que enfrentan tanto empresas como usuarios. Ya no sólo en el onboarding digital, si no en pasos posteriores.
Por poner un ejemplo ilustrativo, es más común de lo que pareciera el robo de claves bancarias online para hacer pagos por internet, transferencias bancarias a otras cuentas o espiar información monetaria. Todo ello, porque no se cuenta con sistemas de autenticación reforzada seguros y robustos.
La seguridad en el customer journey debe darse en todas y cada una de sus fases, estableciendo controles anti-fraude e incorporando sistemas integrales que formen parte de un todo y se adapten a todos los canales de la empresa. Tener que establecer equilibrio entre seguridad y experiencia significaría renunciar a partes fundamentales de ambas.
Por lo tanto, contar con soluciones holísticas y potentes de reconocimiento facial online que se integren en todas las fases es crucial para asegurar una experiencia ágil, cohesionada y segura. Los sistemas de autenticación de múltiples factores pueden prescindir de las contraseñas, combinando, por ejemplo, biometría facial con códigos OTP por SMS.